Uno de los retos a los que se enfrenta cualquier persona que desee poner en marcha una página web es el de su diseño. Pero este concepto, el de diseño web, es mucho más amplio de lo que se puede llegar a pensar.
Tener la página bien bonita es extremadamente importante, pero no debes olvidar tampoco los contenidos y algunos aspectos formales si deseas que la experiencia de quien te visite sea positiva. Vamos, que te lo has de currar porque no está la cosa como para ir en plan cutre.
Las cagadas más habituales, y no solo de diseño web
Antes de afrontar el diseño web de una página, o da igual si ya la tienes hecha, un buen ejercicio es mirar tu página con los ojos de otro. Si esa maravillosa obra que has creado te ciega, lo que debes hacer es llamar a varios colegas y que hagan una labor de rastreo y que sean capaces de verla con ojo crítico. Seguro que salen a la luz algunos errores, y si no salen, probablemente afloren propuestas de mejora a las que no debes hacer oídos sordos.
Vayamos con el rosario de fallos más habituales con el que nos encontramos en una página web, a ver si te identificas con alguno.
- Lo primero que puede llamarla atención es el diseño web de forma general, es decir, lo que se ve. Un diseño poco profesional no es un imán de clientes, sino que los ahuyenta. Mira a ver si la combinación de colores es más propia de 1999 que del año 2021. Sal de tu cuerpo y ve hacia la luz, Caroline. Mira tu página con otra perspectiva, si no fuera tuya, ¿te gustaría navegar, comprar o contratar algún servicio?
- Otro aspecto extremadamente importante a la hora de afrontar el diseño de una página web es el de la funcionalidad.
Tu espacio en Internet ha de ser fácil en cuanto a navegación e intuitivo, porque no hay nada peor que una web en la que te enredes a medida que vayas descubriendo lo que hay. Recuerda que, al igual que en el diseño web, siempre menos es mejor que más.
- Algo que da muy mala impresión cuando se navega por una página web es la de encontrarla con enlaces rotos, por lo que siempre debes estar al tanto y hacer un repaso frecuente de todos los que has incluido en tu página. Da una sensación de mal rollo increíble, de dejadez, de alguien que no se preocupa mucho por lo que tiene entre manos. Y recuerda, que lo que estás haciendo es ofrecer productos y servicios.
- Hay un punto de especial relevancia en cualquier página y que, si bien no afecta al diseño web, causa una mala impresión muy grande. Esto no es otro que la redacción de contenidos. Ya no solo que el tono no sea el adecuado, sino que cuando lees no te enteras un pimiento de nada. Errores gramaticales, de concordancia, de ortografía… efectivamente, no hace falta tener un nivel de Mario Vargas Llosa cuando ofrezcas unos contenidos escritos, pero si directamente no es lo tuyo, siempre tienes la posibilidad de contratar los servicios de un redactor profesional. Ahora bien, ve con algo de ojo porque la palabra copywriter está haciendo muchísimo daño. Ahora cualquier chaval que no tenga ni la secundaria acabada se cuelga la medalla de copywriter, de especialista SEO o de diseñador gráfico. Existen muchas plataformas en las que puedes encontrarlos con buenas valoraciones, puedes ver su portfolio o trabajos previos. Delegar en esta tarea no es una mala idea si le das al redactor las pautas sobre las que trabajar. Si hay buen feeling, dará el clavo
- Que tu web no sea responsive. ¿Eh? ¿Qué es eso? Pues que se vea bien en cualquier tipo de dispositivo, también en un teléfono móvil. Ya hablé de ello en este artículo. Piensa que, si tu diseño web no es responsiva, van a pasar de ti olímpicamente. La razón es bien sencilla, las tres cuartas partes del tráfico de visitas a páginas web es a través de dispositivos móviles. Sí, desengáñate, hay gente que no enciende un ordenador así la maten.
- Algo que debes tener en cuenta si ofreces servicios o productos es el de la seguridad, cosa de la que hemos hablado aquí. ¿Quién pretendes que te compre si no ofreces un certificado ese SSL o TSL? Conseguir el certificado vale dos duros, y da igual, valga lo que valga. Generas confianza, ofrece seguridad, proporcionas una buena imagen. Piensa que hay muchos usuarios a los que meter el número de tarjeta le cuesta horrores. No dejes que se vayan a la competencia.
- Aunque puede parecer que no, los aspectos legales de la página web también merecen suma importancia. Ya no solo porque son de carácter obligatorio, quien no los tenga correctamente realizados y subidos puede enfrentarse a severas multas. Es que, además, el cliente percibe una sensación de confianza y seguridad cuando los ve. No descuides este aspecto, los visitantes cada vez saben más y reclaman sus derechos como consumidor.
- Por último, podríamos hablar del tema de la publicidad. Si la ofreces, trata de que no sea demasiado invasiva y que se pueda eliminar fácilmente. Es decir, que no aparezcan ventanas emergentes que te estén mareando. Es un gran ahuyentador de visitantes.
¿Y qué hago?
Si te has sentido identificado con alguno o con varios de estos puntos, hay que poner remedio. Quizás no seas la persona indicada para realizar estos cambios, no por falta de ganas, sino por desconocimiento.
Auditar tu página web siempre es la solución más recomendable a la hora de poner fin a los fallos que están arruinando tu espacio. Esos errores de diseño web te están haciendo perder clientes. Recuerda lo que siempre repito, si no eres capaz de ofrecer una solución a quien te visita, esa persona la buscará en la competencia.
Ponerse manos a la obra es el único camino y, créeme, la inversión que vayas a realizar o lo que te cobre el auditor está más que bien empleado porque te puede llegar a salvar el culo. En muchísimas ocasiones nos quedamos cegados con lo que tenemos y no somos capaces de ir más allá.
Piensa en lo que ofreces y como lo ofreces, porque si lo haces igual que los demás, nadie tendrá un motivo extra para quedarse contigo.
¿Qué es lo que te diferencia? ¿Qué es eso que tienes de especial y que los demás no están ofertando? Ya puedes tener unos servicios muy concretos que otros sitios no ofrezcan, pero si existen errores de diseño web graves, estás ensuciando tu propio escaparate. Hora de ponerse al lío, ¿no?